La espada de Godofredo


Hace tres años y medio escribí en otro blog"...la Iglesia del Santo Sepulcro es un lugar que puede ser visto como una alegoría de la situación en Israel. Se trata de un lugar sagrado para muchos grupos distintos que se disputan su control. Es uno de los lugares más impactantes y más visitados de Jerusalén, una parada obligatoria para todo turista que pase por el país, sea de la religión que sea. Desde su fundación en el siglo IV por los bizantinos, ha pasado por innumerables manos. Se concentran en un lugar muy pequeño obras de artes de distintos estilos que se fueron añadiendo durante las distintas épocas, cada una con un alto valor en sí misma, pero que en su conjunto - en mi opinión de ignorante en la materia - conforman un mosaico cultural carente de toda armonía, un espléndido mamarracho."

Hoy en día, un poco menos ignorante que entonces, más que la mezcla de estilos artísticos y arquitectónicos lo que me llama la atención de la Iglesia del Santo Sepulcro es la variedad de cuentos, leyendas, tradiciones e historias que esconde en cada rincón. Cada capilla, cada columna, cada pared y hasta cada escalera, tienen un cuento que contar. Se podría dedicar un blog entero únicamente al Santo Sepulcro. Por poner sólo un ejemplo de uno de esos tantos recovecos no tan conocidos aunque dignos de interés: el cuarto donde los monjes franciscanos guardan sus vestimentas rituales. A veces abren la puerta a las visitas para poder admirar dos curiosas reliquias:


Según la creencia la columna de granito, es la misma a la que Jesús fue maniatado para ser azotado por los soldados romanos, antes de obligarlo a cargar con la cruz por la Via Dolorosa. A su lado la espada que se cree perteneció a Godofredo de Bouillón, quien encabezó las tropas cruzadas que conquistaron Jerusalén en el 1099. Luego de su triunfo militar, los demás caballeros propusieron coronarlo como Rey de Jerusalén, pero Godofredo se negó con su frase inmortal: "No llevaré corona de oro donde Cristo la llevó de espinas". Incluso quien como yo no sea creyente, puede conmoverse ante semejante relato de humildad, ojalá los gobernates de hoy en día siguieran su ejemplo. En lugar del título de monarca, adoptó el nombramiento de "Protector del Santo Sepulcro"Supongo que no es casualidad que su espada sea exhibida junto a la columna de la flagelación, una reliquia que al igual que la corona de espinas resalta el sufrimiento de Jesús. Sin embargo, Godofredo de Bouillón murió al año siguiente, lo sucedió su hermano que asumió el cargo de rey sin rechistar, Balduino I de Jerusalén.

2 comentarios:

Hasbarats dijo...

Y supongo que sabrás que quien asume ahora ese cargo es el memo de Juan Carlos.

Ruben dijo...

Para Juan Carlos más apropiada una corona de marfil.

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